jueves, 19 de marzo de 2009

Fútbol, Política y Religión: The Old Firm

En España, todo el mundo espera la llegada de El Clásico, el Madrid-Barça; en Inglaterra viven con pasión el SuperSunday o, a falta de éste, el Man Utd-Liverpool. Pero todo el mundo ha oído hablar de otro gran partido, un partido que está por encima de todo, que es más que fútbol... Es The Old Firm escocés: el Celtic FC-Rangers FC.

The Old Firm tiene su origen en 1888, fecha en la que se disputó el primer enfrentamiento entre los Bhoys y los Blues. El resultado fue lo de menos (Celtic FC ganó por 5 a 2), lo importante fue que nació una rivalidad que todavía hoy perdura, una rivalidad mucho más que futbolística, es también un enfrentamiento político y religioso. Como vamos a ver, Celtic y Rangers sólo comparten la ciudad, la capital futbolística de Escocia: Glashgow.

El Celtic Football Club fue fundado en 1988 por Walfrid Kerins, cuyo objetivo era el de recaudar fondos para un comedor infantil de inmigrantes irlandeses. La enorme colonia irlandesa, mayoritariamente católica, hacía descansar sus sueños y sus esperanzas en el Celtic. El club, además de su reconocida vocación católica, defiende ideales políticas nacionalistas: no son partidarios de estar bajo la sombra de la bandera británica.


15 años antes, en 1873, fue fundado el Rangers Football Club. Tras un tiempo, al ver el potencial de sus vecinos de verde, decidieron convertirse en simbolo de los protestantes escoceses y en partidarios del Unionist Community of Scotland y del Unonist Community in Northern Ireland.

Inicialmente los seguidores de ambos equipos vivían sin demasiadas tensiones políticas y religiosas, y los partidos entre Celtic y Rangers se disputaban con una tensión mayoritariamente deportiva. La situación entre los Bhoys y los Bears se agravó cuando el astillero Harland and Wolf se instaló en Glashgow en 1912, siendo uno de sus mandamientos el de no contratar católicos. 9 años después, la rivalidad aumentó todavia más cuando el Estado Libre de Irlanda fue declarado independiente de Gran Bretaña.

Estas circunstancias hicieron olvidar aquella vez cuando, en 1909, ambas aficiones se unieron para luchar contra las directivas de los equipos. El motivo de esta hermandad, momentánea y olvidada, fue la Final de Copa de ese año: Celtic y Rangers se cruzaron por el título. El primer partido, disputado en el por entonces recien inaugurado Hampden Park terminó en empate. Más de 60.000 personas acudieron al partido de desempate. Durante el encuentro, de entre los aficionados surgió el rumor de que se había pactado un nuevo empate para disputar un tercer partido con fines lucrativos. Ambas hinchadas invadieron el campo, quemando taquillas y provocando enfrentamientos con la policía. De ahí se dice que nació el término The Old Firm (la vieja empresa), ya que, en el fondo, Celtic y Rangers se benefician mutuamente de su rivalidad.

Con esta papeleta, cada vez que se acerca un partido entre Celtic y Rangers la ciudad se paraliza. No sólo son verdes contra azules; son católicos contra protestantes; nacionalistas contra unionistas. Es más que fútbol, es pasión que se respira y nervios que se palpan; son dos maneras de vivir reflejadas en un escudo, en una historia; es el orgullo de miles de personas depositado sobre sus 11 jugadores.

JML

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